martes, 16 de marzo de 2010

La vida es un carnaval

Hace unas semanas me di cuenta de que así era, la vida es carnaval, es deshinibición, es una cucharada de locura en un mundo de estrés.
Cuando peor lo estaba pasando en meses, por motivos personales que ya he superado, apareció carnaval, parecía como si el destino quisiera que me lo pasara yo bien ese fin de semana y olvidara todo aunque solo fuese por un par de días.
Así fue amigos, aunque todo ello no habría sido posible sin la ayuda de unas muchachitas de Puerto Real, a las que tuve la oportunidad de poder conocer en persona y que me dejaron una gratísima impresión: Alba, Arantzazu, Arantxa, Aída, Ana...MUCHAS GRACIAS POR ESA NOCHE DE CARNAVAL!!

En esa noche pude divisar, todo lo que el alcohol, el mogollón de gente y el frío me permitió, algunos detalles de la capital gaditana, como la catedral, calles perfectas para perderse con una buenísima arquitectura, que espero tener la oportunidad de conocer más tranquilamente en el próximo viajecito que tengo planeado por aquellas tierras, y en el que espero contar con la inestimable colaboración de las muchachitas (así que ya sabeís jajaj).

Algunos lectores del blog pensareís que a qué ha venido esta entrada, si ya estamos casi en Semana Santa. Bueno, aparte de que viene al caso a como me encuentro ahora mismo anímicamente, les prometí a esas muchachitas que escribiría una entrada acerca de esa noche, y así ha sido, y para que veáis no he omitido ninguna palabra, no lo he escrito a la ligera..."os lo mereceis!!" jaja.

Y es que nunca viene mal mencionar que la vida debe ser eso, dentro de una madurez y una organización, la vida debe ser un carnaval. Pero no carnaval en el sentido de taparnos con las caretas, que también se da...se suele dar que de mucha gente sólo conocemos la careta, ya sea porque no nos atrevemos a conocerla más a fondo o porque aquella persona sólo se muestre así, por miedo a ser rechazados cuando de verdad se quita la careta y se muestra tal y como es. En ese aspecto debemos rechazar las caretas, carnaval como diversión, no como parapeto para esconderse. No tenemos por qué escondernos de nada ni de nadie.

Sé tu mismo amigo mío. PAZ Y AMOR, sobre todo lo segundo.

1 comentario:

  1. Yo digo que, más que un carnaval, la vida es un teatro. No digo que la gente tienda a aparentara lo que no es, ni que seamos unos falsos, pero cada instante que vivimos en relación con los otros, estamos representando un papel: el ciudadano cívico, el amigo fiestero, el hijo modelo, el marido fiel, etc. Son roles que la sociedad nos marca como adecuados a la hora de adaptarnos de acuerdo a unos estándares decididos arbitrariamente.
    La valía de una persona se demuestra en relación a la cantidad de roles que es capaz de representar en diferentes situaciones. No siempre se puede ser generoso ni buena persona, a veces también hace falta comportarse como un cabrón en determinadas circunstancias.
    Papeles a seguir en el guión de la vida.

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