domingo, 9 de enero de 2011

Volvamos a la crítica

Llevo ya unas cuantas entradas en las que siento que se ha perdido la esencia del blog. ¿Qué ha sido de entradas como las de tuenti o nochevieja? Por cierto, esta nochevieja me contradije a mí mismo y me pegué un fiestón, pero echaba tanto de menos a mis amigos que tuve que hacer el "sacrificio". Lo que vengo a decir es que creé este blog con una intención crítica, y poco a poco se ha ido convirtiendo en un nido de entradas pastelosas, que para Tiziano Ferro muy bien, pero lo mío es otra cosa.

Entonado el mea culpa y habiendo pedido disculpas, me dispongo a criticar a los críticos. Sí señor, para todos aquellos que echan pestes y más pestes de programas como "Sálvame" o "Gran Hermano". Está bien que todos sabemos que el único calificativo para ese tipo de programas es el de "puta mierda", vale. También sabemos todos que hay programas infinitamente mejores para personas que desde pequeños hemos sabido distinguir calidad de basura. Pero hay un determinado grupo social al que le costaría bastante pasar el tiempo si no fuera por este tipo de acontecimientos televisivos. Me refiero a las madres (o al menos a gran parte de ellas, no todas las madres del mundo van a leer a Dostoievski en sus ratos libres).



La foto viene a explicar gráficamente a qué tipo de madres me estoy refiriendo. Una madre como la mía, cuya única motivación al levantarse de la cama es la de cuidar a una persona mayor (mi abuela) y llamar a su niño para ver si "se ha abrigao o a comío". Fuera de coñas, la tarea que tiene que acometer mi madre día a día es laboriosa a más no poder, ya que mi abuela no es capaz de valerse por sí misma ni para articular palabra alguna, si acaso intentar chapurrear algo. Vamos, algo así como cuidar a un bebé, pero cinco veces más grande y cinco veces más pesada (de peso, quiero decir, porque a los bebés a PESADOS no les gana ni perry, eso sí son muy bonitos, hasta que te piden la primera paga semanal, claro está). Volviendo al tema principal, de no ser por programas como los que he mencionado antes, las tardes, y el día en general (porque este tipo de programación la tenemos a todas las putas horas), serían muy aburridos.
Mi madre puede ser la persona que más sudokus, crucigramas y pasatiempos variados haga en su día a día. Y es que otra cosa no puede hacer, mi abuela es una persona a la que no puedes perderle la vista, y mucho menos dejarla sola. El único rato que tiene la pobre para hacer algo es cuando viene mi padre de trabajar, cuando aprovecha y se pega su par de horitas en el gimnasio, porque de no ser así se oxidaría, literalmente.

Por causas como éstas es por las que, por mucho que me marezcan una auténtica mierda este tipo de programas, los defiendo a capa y espada. Algunas personas no son conscientes de la labor social que pueden llegar a hacer en cierto tipo de gente, que por un rato se tronchan de risa frente al televisor. Creo que son los únicos momentos del día en el que puedes ver reir a mi madre, igual que a muchas otras. Pienso firmemente que por muy solas que se puedan llegar a sentir, y aunque resulte triste decirlo, es como si la televisión les hiciera compañía en sus respectivas duras tareas del día a día. Resulta triste decirlo, simplemente, porque hay hijos que por mucho tiempo que pasen en casa les hacen la minima compañía, se emboban con el ordenador o simplemente haciendo qué se yo en sus habitaciones, y dejan a la pobre de la madre sola en sus tareas del hogar. Y luego encima bombardean constantemente a cadenas como tele 5...no sé con qué derecho, la verdad. Por mi parte he intentado pasar el máximo tiempo con ella en el tiempo que he pasado en casa por vacaciones, incluso me he tragado sesiones intensas de Sálvame por el simple hecho de estar un rato con ella, aunque sea comentando quién ha salido nominado en Gran Hermano.

Incluso a veces pienso desde la distancia y hay momentos en los que me gustaría estar con ella, y sigo pensando que a veces soy demasiado egoísta con esto de irme a estudiar fuera y pedirme la erasmus para el próximo curso. Puede parecer como si sólo me preocupara por mí mismo, pero ya que he empezado me es imposible dejarlo. Prefiero ser egoísta a traicionarme a mí mismo, estoy completamente seguro de que cualquier cambio en mi futuro lo único que conseguiría sería ponerla en una situación complicada, en una especie de incómodo compromiso conmigo. Estoy seguro de que lo que más llena a mis padres es saber que soy feliz y estoy cumpliendo con todos mis objetivos. Además, confío en que Jorge Javier Vázquez sepa cuidarla lo mejor posible.



Por eso, desde este blog, y aunque parezca mentira viniendo de una persona como yo, les deseo toda la suerte del mundo y que sigan en antena durante mucho tiempo. Mucha gente agradece tanta cantidad de caspa en televisión. Saludos ¡Sed felices!