lunes, 24 de mayo de 2010

Inyección de moral

He dejado de lado un poco el blog en los últimos días, y es que como todos suponéis y muy bien sabéis..."el destino llama" (homenaje a la serie Lost), y a finales de mayo no queda otra opción que hincar los codos.
Sé que todos estaréis maldiciendo a vuestro destino,a vuestros apuntes, a vuestros profesores...tenéis mucha razón, pero el límite de todas estas quejas está en la satisfacción que se siente al terminar. La sensación de libertad, bienestar...sobre todo si la cosa ha salido bien, pero salga bien o salga mal, solamente el mero hecho de haber terminado nos ofrece una sensación inigualable. De todas formas, siempre nos quedará septiembre...jeje.

Ahora quiero hacer un llamamiento a todos esos eternos quejicas, y deciros que penséis por un momento en la suerte que tenéis de poder estudiar lo que queréis, de incluso haber tenido la posibilidad de que vuestros padres os paguen los estudios fuera de casa, de todas las facilidades que tenemos por haber nacido en la época en la que hemos nacido, por vivir en una familia que nos ofrece todo lo que pedimos, que nos quiere...sólamente por eso debemos llegar a nuestra casa con las mejores notas. Es el mejor regalo, la mejor recompensa que podemos ofrecerles después de todo lo que han puesto de su parte.

Una imagen dice mal que mis palabras. Sólamente por lo que podéis ver abajo debéis hacer todo el caso del mundo a estas palabras:


¿Donde os localizáis? Seguro que ahora los centímetros que pensáis que tiene vuestro tocho de apuntes ha bajado un poco.

Nada más, entrada breve, que aparte de para dar los últimos alientos de ánimo, sirve para excusarme por la ausencia de entradas en los últimos días. El blog resurgirá cuando nuestras mentes sean liberadas.

¡A por todas!

sábado, 15 de mayo de 2010

20

Dos décadas, viente años, una vida de la que me siento muy orgulloso y de la que me quiero seguir sintiendo.
Quiero que esta entrada sirva a modo de pequeño "resumen" de los momentos que califico más importantes a lo largo de mi vida. Esos momentos o incluso ráfagas que nunca podrás olvidar, aquí los quiero compartir con vosotros. Seguro que más de uno encuentra similitudes con su propia vida, y sí, a otros les parecerá extrañas algunas cosas que iré mencionando.

Dicho esto, comenzaremos con los primeros recuerdos. La primera imagen que recuerdo en toda mi vida es mi comienzo en el colegio, preescolar, con cuatro o cinco años...anterior a eso no recuerdo nada de nada. Y mira por donde, para comenzar con esta desastrosa vida no es casualidad que el primer momento que recuerde fue cuando me hice la pierna pedazos, creo que me la rompí por dos o tres sitios diferentes. No sé el tiempo que llevaría exactamente en el colegio, sólo sé que ahí comenzaba mi andadura por este camino sinuoso que es la vida, lleno de trampas por todos lados, ¡sí señor! Por la puerta grande. Ahí aprendí que lo primero que tienes que hacer al caerte es levantarte, aunque tenga que ser el chico de la ambulancia el que te levante.
Continuaremos con otro momento del preescolar, mítico. No se les ocurría a otra cosa a mis primeros compañeros de clase que llamarme mariquita porque me habían puesto en una mesa llena de niñas. ¿Qué paradoja eh? antes eras un mariquita y ahora cualquier chaval firmaría ahora mismo por estar en esa mesa. Qué momento tan traumático, hasta que no me uní a su banda para tirar bolas de barro al despacho de la jefa de estudios no dejé de ser un mariquita. Paradójicamente también, son veinte años de mi vida sin haber tenido una pareja más o menos conocida, no sé si es porque no me aguantan o no aguanto, pero bueno, de eso hablaré más adelante.

Avanzamos rápidamente hacia la primera comunión. Recuerdo que días antes algunos compañeros de clase habían ido con su álbum de fotos vacilando a todas las niñas de lo guapos que salían...yo no quería ser menos. Estaba deseando que me hicieran ese álbum de fotos para enseñárselo a Silvia, mi "primer amor", por cierto amor frustrado e imposible, ya que Alberto se me adelantó...jejej, ahí empezaban mis experiencias traumáticas con los ex-novios y novios de las niñas. Volviendo al asunto, estaba deseando escuchar de la boca de Silvia un "uy, qué guapo" al ver las fotos, con eso sería el niño más feliz del mundo. Pero amores aparte, otra de mis máximas motivaciones para hacer la comunión eran los preciados regalos, ese mando vibrador para la playstation, esos maletines de lápices de colores, ceras y rotuladores que creo que aún siguen en cualquier armario, perdidos, incluso sin abrir. Seguro que todos tenemos más de un maletín de ese tipo, ¿o no? creo que lo único que llegué a utilizar de esos maletines fueron los preciados sacapuntas redondos, altatamente cotizados en las esferas pueriles. Cuenta la leyenda que si lo dejabas más de cinco minutos sin vigilancia en tu mesa...tu sacapuntas redondo desaparecía para siempre.

Pasada la comunión e incluso la primaria, que por cierto al final la pasé sin pena ni gloria, ya que después de cinco años llenos de "destacas", que eran esas crucecitas pequeñas que te ponían al lado del aprobado que venía a decir que eras un crack, el último año (6º) la cagué un poco, lo recuerdo perfectamente. Aún no sé por qué, del motivo no me acuerdo, sólo sé que el último tramo de curso no me dio por hacer ningún puto ejercicio que me mandaban para casa. Cuando ya me pasaba de la raya la maestra me ponía una notita en el cuaderno con aquello de: "Alejandro lleva varios días sin hacer las tareas, bla, bla bla...". Pero chavales, ¡no contaban con mi astucia! A la maestra no se le pasaba por la cabeza que un chavalín de doce años pudiera llegar a falsificar la firma de su propia madre, enseñárselo a la maestra, y, a continuación, borrarlo todo, porque llevaba un tiempo fijándome en que la maestra no escribía el mensaje con su bolígrafo, sino que se lo pedía al alumno al que le iba a poner la nota. Inteligente de mí, siempre llevaba conmigo ese mítico bolígrafo que podías borrar "fácilmente" (sí, después de casi cargarte el cuaderno en el intento) con la goma que traía en la parte superior. Pues sí, al final me pillaron la mentira, casi acabando ya el curso (¡casi!). Sólo os digo que mi madre era un tanto...temperamental, de ahí podéis sacar vosotros vuestras propias conclusiones.

Con más palos que gloria llegué a la E.S.O. El instituto...¡el temido instituto! Qué nervios, no había estado tan nervioso desde que le enseñé el álbum de fotos de mi comunión a Silvia...y escuché eso de: "uy, qué guapo". Todo aquello era tan...carcelario. Para muestra un botón:


No he podido encontrar una foto más grande del pasillo, pero creo que así os podéis hacer una idea de la estructura del I.E.S Gran Capitán. Lo más inquietante viene ahora, cuando os muestra la foto de una cárcel auténtica:


Espeluznante, ¿no creéis?

Pues en esa particular cárcel he pasado casi la mitad de mi vida, desde los doce a los diecinueve años. Con un 1º de E.S.O aceptable, con ningún sobresaliente pero tampoco ningún suspenso. Muy diferente todo a los años venideros, y es que mis suspensos en el segundo trimestre de 2º de E.S.O sumaban la considerable cifra de siete. Aún no se me olvida la charla que me dio mi profesora de matemáticas en el pasillo, ella y yo a solas: "Alejandro, ¿te pasa algo?", ¿qué si me pasaba algo? que estaba en la peor clase de la historia del instituto, y como bien sabemos todo lo malo se pega, y más cuando tienes tan poca personalidad con trece años y te dejas llevar por todo. Tuve la suerte de tener unos padres que me pusieron en vereda, un hermano que siempre me animaba a que estudiara (por esa época él estaba en mitad de la carrera de psicología, en Granada precisamente), y también tenía una hermana que...bueno, la perdonaremos porque ella en ese momento tenía veinte años, los que yo tengo ahora, entiendo que aún no hubiera madurado y sólo se dedicara a dar por culo y a poner en contra siempre a mis padres, no sé con qué fin, con qué objetivo, pero la mamona (desde el cariño) lo conseguía. Lo peor es que incluso en estos tiempos lo sigue intentando, con veintisiete años que tiene. Desde este blog te digo: Para ya, ¿no? déjame vivir tranquilo. Entiendo que sea una persona fácil de envidiar, pero ya no lo veo normal.
Al final recuperé todas en el tercer trimestre y pasé a 3º de E.S.O, donde me volví a confiar y seguí con mis andadas. Por lo menos ya no eran siete suspensos, eran cinco. Por lo cual, la misma cantinela de siempre: zapatazos de goma por aquí, zapatazos de goma por allá, niño olvídate del ordenador y de salir durante todo el trimestre...etc, etc. Lógico, las volví a recuperar todas.
Hay que decir "a mi favor", que la época de 2º, 3º de eso era en la que empezabas a salir por ambientes más "turbios" de la vida, malas influencias, malas compañías...que como no tengas una buena familia que te apoye en casa a saber donde acabas.

A partir de 4º creo que fue cuando empecé a cambiar un poco, y ese curso lo aprobé con menos problemas que los anteriores, parecía que empezaba a "madurar" un poco, con primera salida al extranjero de mi vida incluida. El destino nada menos que Bruselas (Bélgica), con una especie de campamentos europeos a los que tuve la suerte de ir gracias a mi hermano. Una experiencia inolvidable. Pero...otra de esas cosas inexplicables volvieron a aparecer en 1º de bachillerato. Resumiendo, diré que repetí el curso, cuando perfectamente podría haberlas recuperado en septiembre, ya que sólo me quedaron tres asignaturas y con dos suspensas aún podías pasar de curso. Pero claro, todos los suspenso vinieron de que me puse a currar en pleno mes de abril, cuando la gente empieza a ponerse con los libros y apuntes. Era una época en la que no tenía motivación por estudiar nada, en la que sólo me importaba salir lo máximo posible, beber mucho, tener muchos amigos y conocer a muchas chavalitas.
Tonto de mí. En pleno verano...cuando todo el mundo estaba disfrutando de su juventud yo me veía encerrado trabajando en una asquerosa cafetería, porque no estaba interesado por estudiar...en ese mometo me di cuenta de lo tonto que estaba siendo, me dije a mí mismo que al empezar el nuevo curso iba a estudiar como el que mas y me iba a sacar el bachillerato de un tirón.

Así fue amigos, cuando digo algo tan convencido siempre acabo cumpliendo. Pocos exámenes suspendí a lo largo de todo el bachillerato. Sinceramente, y no es por dármelas de nada...creo que no suspendí mas de tres o cuatro exámenes en los dos años de bachillerato. Eso sí, tampoco saqué unas notazas. Aunque, de todo el bachillerato, me quedo sin duda con ese pedazo viaje a Tenerife, uno de las mejores semanas de mi vida, sin exagerar en ningún momento. Tuve la suerte de ir con toda la gente que quería que fueran a ese viaje, vaya pandilla nos juntamos...otro viaje inolvidable. También me quedo con el viaje de dos semanas que pude hacer a Reino Unido, conociendo ciudades como Londres, Cambridge, Nottingham...gracias a una beca que otorgaba la Junta de Andalucía.
Ya que he empezado con los viajes, tengo que mencionar obligadamente el que hice con mi hermano a Lituania. El país puede sonar un poco a raro o a desconocido más bien, pero sinceramente, lo catalogo como el mejor sitio en el que he estado. Me sorprendió muy gratamente, sobre todo los paisajes IMPRESIONANTES, tales como estos:


De película, ¿verdad? También se podían disfrutar otro tipo de monumentos, y es que, desde la más profunda pena de mi corazón, siento decir que pude conocer a una comunidad femenina aún más guapas que las cordobesas: las lituanas. Lo que yo pude ver por ahí no era normal, algo raro ocurre en ese país. Sería digno de un estudio en profundida por parte del mismísimo Iker Jiménez.
La verdad es que he tenido la suerte de conocer a gente fantástica en cada viaje que he hecho, será por eso que me gusta tanto viajar y por lo que quiero seguir haciéndolo durante todo el tiempo que me lo pueda permitir, ya sea económica o físicamente. Se puede decir que es, sin duda, una de mis grandes pasiones: ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia, e incluso ciudades tan olvidadas como Teruel o las exóticas Islas Canarias...en España, y países como Bélgica, Inglaterra, Lituania...forman un currículum más que respetable, que espero seguir rellenando durante todo el tiempo que me sea posible. Concretamente, este verano tengo pensando algo con una personita...con la que estoy a expensas de ver lo que me dice. Ya sabes, de tí depende que este blog tenga una entrada más este verano Albita! jajaj.

Volviendo al tema, mi 6'12 de media entre bachillerato y selectividad dicen mucho, más que mucho, lo dicen TODO. Esa nota ha marcado el devenir de mi vida, ya que quizás, con un puntito más, ahora estaría estudiando otra cosa, y sí, a lo mejor mi vida sería muy parecida en una carrera o en otra, pero el camino que seguiría con una o con la otra sí que sería muy diferente. Pero bueno, pensaba que todo iba a ser un fracaso y al final hasta me acaba gustando donde estoy ahora. Se puede decir que he tenido curso. La mayoría de la gente a la que le pasa esto acaba por rendirse, renunciar y tirarse uno o dos años sin saber lo que hacer. Se puede decir que tuve buenos reflejos para hacer lo correcto en uno de los momentos más difíciles de mi vida. Lo califico de tal porque durante toda mi vida, por muchas que me habían quedado o por mucho bachillerato que repitiera, siempre acababa haciendo lo que quería con mi vida. Cuando me enteré de que no estudiaba lo que quería en un primer momento, fue el primer momento de mi vida en el que me sentí como si no dependiera de mí mismo, me sentí impotente...esa sensación era nueva para mí.

Y ahora...no hace falta que siga, porque toda mi vida desde ese momento hasta ahora lo he ido contando en este blog. Ya conocéis mis andaduras por Granada, lo bien que me va en la carrera, las tapas que me he comido, los problemas económicos, las paranoias mentales de cambiarme a Córdoba o seguir en Granada (que por cierto, confirmado casi 100 % que seguiré en Granada, ya lo comentaré con más detenimiento en alguna próxima entrada)...etc, etc. Espero que siga siendo así durante mucho tiempo. Creo que la escritura es una forma de demostrar conocimiento, y siempre que exista el conocimiento existirá la vida.

Como habéis podido leer, no he mencionado en toda esta pequeña "autobiografía" a ningún amor, que la mayoría de la gente ha tenido. Bueno sí, mi primer amor...pero coño, ya me entendéis, ¿no? No sé si sentirme afortunado o desdichado, pero no voy a proseguir con este tema sentimental, ya que tengo pensado comentarlo en profundidad en alguna entrada futura. Ya sabéis, la típica entrada que no tiene desperdicio.

Espero no haberos aburrido mucho!

martes, 4 de mayo de 2010

Cruel manipulación

Sé que me quedo corto utilizando el adjetivo cruel, pero es lo primero que se me ha venido a la cabeza y no tengo ganas de pensar en otra cosa que de lo que vengo a hablar ahora.

No hablo de otra cosa que de la manipulación que ejercen diversos medio de comunicación, especialmente la televisión, sobre nuestros débiles cerebros, acostumbrados a tragar todo lo que nuestros ojos ven sin preguntarnos "por qué".
Para explicar esta cuestión me serviré de varios ejemplos, como por ejemplo, valga la redundancia, de algunas series de televisión tipo "Cuéntame" o tipo "Amar en tiempos revueltos". Los que estáis leyendo esto estaréis pensando que si se me ha ido la pinza o qué tendrá que ver con todo esto una serie tan premiada y tan "inocente" como "Cuéntame". Tiene que ver y mucho.
No puede ser que en una serie con tanto índice de audiencia aparezcan cosas como las que aparecen. Obviando los detalles sin importancia como que en cada bar haya una máquina de café poniendo cafés en perfectas tazas (venga, coño, que es 1960, que el café de puchero era lo más moderno que había), nos centraremos más bien en los detalles importantes, como por ejemplo que cada familia tenga su mítico seiscientos aparcado en la puerta de casa, que todos vivan felices y coman perdices, todos los días su barra de pan en la mesa viendo la televisión. Pero coño, ¡que incluso se pegaban sus siestas tan panchos! ¿es acaso esa la puta realidad que vivían nuestros padres y abuelos? quizás la de algunos pocos sí, pero la gran mayoría de familias se las veían putas para conseguir llevarse algo decente a la boca para almorzar, si es que tenían el concepto que tenemos ahora de "almorzar", que ese es otro hilo del que también podríamos tirar. Y eso de tener televisión...pase, pero coño, que tener un coche en aquella época era como, qué se yo, tener un yate amarrado en pleno Puerto Banús. Que sí, que también algunos lo tendréis, quién sabe.
Si quereis que resuma, "Cuéntame" sería lo equivalente a que ahora, en el año 2010, hagamos una serie para intentar reflejar la realidad cotidiana de cada ciudadano y el protagonista de la serie sea Jaime de Marichalar, que las vacaciones típicas sean todos los veranos en Mallorca y que en la puerta de casa tengan un Porsche Challenge de 340 cv. Vamos hombre...y no pasaré a hablar de "Amar en tiempos revueltos" porque en cuanto ví a una mujer con un vestido que bien se podría comprar ahora la mismísima Duquesa de Alba cambié de canal en un acto reflejo.

Pero bueno, hay que decir que nosotros no somos los únicos seres manipulados, en los años 60 - 70 la manipulación psicológica era aún más dura, con películas del tito Alfredo Landa, como por ejemplo la graciosísima (ay que me troncho de risa) "Vente a Alemania, Pepe". Sí señor, la más real imagen de la emigración española de los 60. 100 % realidad, 0 ficción...me parto y me mondo.
He aquí el cartel de la dichosa peliculita:

Miradlo al tío, pero qué feliz que se va para Alemania a trabajar, con su maletita y su carita de cumpleaños. Lo peor es que hay gente que sigue pensando que todo el mundo se iba a sí de feliz cuando emigraba para ganarse cuatro duros trabajando 48 horas al día, que a lo mejor en España como norma general tenemos los días de 24 horas, pero allí de lo explotados que estaban nuestros antepasados los días parecían semanas.
Hagamos una comparación con algunas imágenes REALES de la emigración española en los años 60:



Pero esto no es lo peor, lo peor es que parecemos olvidar demasiado pronto todas estas imágenes, de las que no hacen más de 50 años, y que ahora, cuando vemos llegar a España numerosas pateras repletas de inmigrantes, soltamos comentarios y decimos tantas barbaridades que me dan ganas de llorar. ¿Acaso éramos nosotros más limpios, más inteligentes o simplemente superiores en algún aspecto a los que vienen ahora a nuestro país? Volvamos a hacer comparación:


=


Pero...¡si somos idénticos! es más, nosotros estábamos aún más hacinados que ellos. Aunque bueno, a decir verdad si que hay una diferencia: ellos vienen en patera, nosotros íbamos en tren, pero vamos, más o menos igual de apretaditos que ahora, y todos, absolutamente todos, con una mano delante y la otra detrás.

Lo que quiero decir con todo esto es que me produce mucha pena que la gente sólo mire hacia adelante y olvide el pasado. Hay un dicho por ahí que dice que ni el futuro ni el presente existen, que sólo existe pasado, ya sea cincuenta años atrás o hace sólo un minuto, todo lo que vivimos es pasado y más pasado. Y es que olvidamos demasiado pronto lo que hemos sido, lo que he hemos sufrido y lo que una cantidad de hijos de puta nos han hecho pasar. Como bien dice uno de mis profesores en la facultad, si el infierno no existe debería existir, sólo para que una gran cantidad de indeseables y de innombrables se pudrieran en él.

En fin, nosotros seguiremos siguiendo series, viendo películas sin preguntarnos si de verdad todo lo que se nos cuenta es la pura realidad, y las altas esferas seguirán dando premios y más premios a estas basuras televisivas y cinematográficas. Nosotros a lo nuestro, a nuestra crisis, a seguir despotricando contra un partido u otro, sin darnos cuenta de que solo somos marionetas para una sociedad en la que no hemos elegido vivir, pero que aceptamos sin más dilación.

Sin más, sed felices, nosotros que podemos. Seamos felices por todos aquellos que no pudieron, por todos aquellos a los que un balazo en la nuca no les dejo ni siquiera intentarlo. Comamos, por todos aquellos que no tenían ni para una barra de pan y bebamos por toda la sed acumulada durante años y años. Nosotros tampoco hemos elegido esta vida, sólo ha sido un simple golpe de suerte tener una familia que nos quiere y protege y un techo donde dormir, sin pasar penurías para comer y beber todo lo que se nos antoja. Así que no presumamos tanto de vivir como vivimos, como ya he dicho, es sólo un simple golpe de suerte...