viernes, 1 de octubre de 2010

Entre huelgas anda el juego

Decenas de heridos, cientos de destrosos, y una reforma laboral aprobada sí o sí, ya pueden arder ciudades enteras, ese ha sido el penoso balance de esta pantomima llamada "huelga general".
¿Soy el único al que le parece que esta huelga ha llegado demasiado tarde? Creo y espero que no. Ha llegado tan tarde que no debería ni tan siquiera haber llegado, por mucho que en algunos medios de comunicación se califique de éxito. ¿EXITO?




Si señor, toda una demostración de protesta civilizada, acorde a los tiempos que vivimos (espero que se haya notado la ironía).

Todo este revuelto ha sido causado por nuestros queridos sindicatos, capaces de venderse al mejor postor e incapaces de luchar a tiempo en beneficio del ciudadano, como sí hay que reconocer que hicieron tiempo atrás. Qué bonito queda esto de hacer una huelga para intentar hacerse un lavado de cara. ¡Claro! Una vez que la reforma ha sido aprobada y me lo he llevado calentito montamos una huelga y santas pascuas. No hay más que ver lo tranquilo que estaba Zapatero en sus variadas ruedas de prensa.

¿Era necesaria esta huelga? Sí, lo era, lo era pero desde hace dos años, no ahora que el barco ya está hundido. He de reconocer que confiaba en Zapatero, confiaba en un gobierno de izquierdas al más puro estilo Julio Anguita, pero se me olvidaba que no hablamos de Izquierda, sino de socialismo. Un socialismo éste claramente adulterado, con las medidas más "peperas" que recuerda nuestro país desde que vivimos en democracia. Ni con el mismísimo Aznar, oiga.

Lo único que le falta a Zapatero para bordarlo es dejarse algo de bigote y terminar alguno de sus discursos con un: "España va bien".

Como diría aquel, yo no soy tonto...

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